¿Volverán los hombres rana?

Corren malos tiempos para los empresarios. Imagínatelos, intentando que sus clientes estén lo suficientemente satisfechos como para pagarles las facturas y, a ser posible, vuelvan a requerir de sus servicios en un futuro, a ser posible, cercano. Que lo consigan depende en gran medida de tres factores: su producto, su gestión y su personal.


A la luz de los constantes reclamos por parte de los empresarios de una reforma laboral se podría deducir que la culpa de los malos tiempos puede que no sea de su personal, pero que la única manera de superarlos sí que es reformando rádicalmente las leyes que regulan la relaciónes entre empresario y empleado.      


Más flexibilidad, reclaman. ¿Pero donde está el limite? Un reponedor de mi hipermercado se quejaba esta mañana de que su jefe le había avisado por SMS que por necesidades de trabajo a partir de mañana se tenía que incorporar en otra tienda a 20 km de la actual y en horario de mañana, que para él era de 05:00 a 12:00.  ¿Hace falta más flexibilidad?


Y parece que pasa lo mismo en todos los tipos de trabajos: desde el decreto ley que sacó el gobierno para regular la relación entre el empresario AENA y parte de su personal que se dedica al control aéreo, estos empleados (que según convenga son considerados funcionarios o empleados de empresa privada) no se atreven a coger el teléfono, no vaya a ser que les llame su jefe para que se presenten unas horas más tarde en su lugar de trabajo. ¿De verdad, hace falta más flexibilidad?


Parece que en estos tiempos que corren, los empresarios ya ni tienen tiempo ni ganas de hacer previsiones sobre necesidades de personal. Por lo visto existe una rana que puede ser congelada y descongelada sin que se le provoque ningún daño. Lo que en realidad piden los empresarios son hombres rana. Necesito 10 personas para mañana: ningún problema, descongelo 10 y se acabó el problema. Por supuesto, sólo se paga al personal por sus horas "descongelados".


Debe ser muy complicado preveer cuantas personas necesitarás en un futuro proximo incierto pero forma parte de la tarea de gestión, tarea de la cual también es responsable el empresario.